Se queman los primeros cartuchos del 2008 y muchos estamos/continuamos volcados al descubrimiento de nuestra verdadera identidad cultural y hemos elegido el arte como vehículo en esta aventura. Apresuradamente decimos que aquello que se descubre/inventa ya no es cultura, pues el capitalismo se nos ha metido como un puñal al centro del pecho y su ideología rápidamente se ha instalado, ella es entonces la que genera lo que conocemos como cultura, hablamos pues de contracultura.
He conocido uno de los ejemplos más evidentes en la ciudad de Talca donde oculto tras un gigantesco Teatro Municipal se encuentra un pequeño centro cultural, al borde, al costado, AL MARGEN del gran gigante cultural existe un sitio donde se construye a diario contracultura, donde la cuestión de la rentabilidad o la plusvalía no es el primer punto a discutir, donde no se espera nada, pues la construcción de nuestro mañana es ahora y somos los culpables del futuro contracultural, somos hoy responsables de lo que seremos mañana.
He conocido un teatro chico, no chico por estar junto al grande, sino de verdad chico, 24 ubicaciones miran de cerca un pequeño escenario, como si ese riesgo propio del teatro se potenciase infinitamente, en ese convivio nada pasa por alto, ese espacio obliga a hacerse responsable por todo, bueno creo que eso es también la contracultura, la imposibilidad de hacerse el huevón, una sala preciosa.
He conocido pasillos, cocina, patio y teatro llenos de gente buscando desesperadamente la puerta de salida a este universo de dinero y estupidez, yo mismo he ido allí buscando esa puerta, y la he encontrado entre los cachureos del fondo y la impecable madera de la sala de delante, entre el roncito de agradecimiento y la voluntad de boicotear juntos la realidad.
He conocido la expresión de la contracultura, la cultura al margen, he conocido un pedacito de Talca, sospecho que uno de los pedacitos importantes, lo he conocido entre neblina, no conozco Londres, pero yo diría que Talca parece Talca, pero yo he tenido la suerte de conocer ese Talca contracultural, el de verdad, no el que parece, sino el que es, he conocido el Centro Cultural AL MARGEN… y he vuelto…y lo volveré a hacer.
Iván Insunza, Director TEATRO KAPITAL
He conocido uno de los ejemplos más evidentes en la ciudad de Talca donde oculto tras un gigantesco Teatro Municipal se encuentra un pequeño centro cultural, al borde, al costado, AL MARGEN del gran gigante cultural existe un sitio donde se construye a diario contracultura, donde la cuestión de la rentabilidad o la plusvalía no es el primer punto a discutir, donde no se espera nada, pues la construcción de nuestro mañana es ahora y somos los culpables del futuro contracultural, somos hoy responsables de lo que seremos mañana.
He conocido un teatro chico, no chico por estar junto al grande, sino de verdad chico, 24 ubicaciones miran de cerca un pequeño escenario, como si ese riesgo propio del teatro se potenciase infinitamente, en ese convivio nada pasa por alto, ese espacio obliga a hacerse responsable por todo, bueno creo que eso es también la contracultura, la imposibilidad de hacerse el huevón, una sala preciosa.
He conocido pasillos, cocina, patio y teatro llenos de gente buscando desesperadamente la puerta de salida a este universo de dinero y estupidez, yo mismo he ido allí buscando esa puerta, y la he encontrado entre los cachureos del fondo y la impecable madera de la sala de delante, entre el roncito de agradecimiento y la voluntad de boicotear juntos la realidad.
He conocido la expresión de la contracultura, la cultura al margen, he conocido un pedacito de Talca, sospecho que uno de los pedacitos importantes, lo he conocido entre neblina, no conozco Londres, pero yo diría que Talca parece Talca, pero yo he tenido la suerte de conocer ese Talca contracultural, el de verdad, no el que parece, sino el que es, he conocido el Centro Cultural AL MARGEN… y he vuelto…y lo volveré a hacer.
Iván Insunza, Director TEATRO KAPITAL
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